martes, 13 de mayo de 2014

SOBRE EL CINCHO Y SU DETERIORO

            Durante la última estancia veraniega a Navalmoral que realizamos el pasado año, me contrarió muchísimo comprobar el mal estado en que se encuentra la zona de baños de la vega del Cincho. Es un tema que desde el mismo regreso a Premià tenía pendiente de plantear y comentar. Creo que ahora, que empieza a prepararse la próxima canícula, cobra de nuevo todo el interés.

            Me explico. Uno de aquellos tórridos días del agosto de 2013 Yolanda y yo nos acercamos como hacíamos antaño al Cincho para darnos un baño plácido y tranquilo, lejos de las masificadas gargantas veratas; un rincón cercano al puente en ruinas sobre la Garganta de Cuartos que recordábamos muy adecuado para pasar una agradable jornada veraniega en familia. Sin embargo nuestra sorpresa fue mayúscula cuando hallamos el entorno absolutamente abandonado. Aun así, nuestro ánimo no decayó y aunque con cierta dificultad logramos encontrar un bello rincón donde refrescarnos del sofocante calor y disfrutar a la sazón de la naturaleza. A pesar de ello, me desilusionó mucho el estado en que estaba todo aquello.


            Recuerdo que años atrás, la vega del Cincho había sido lugar asiduo de muchas familias y de colectivos arañuelos, como el Centro Excursionista del Campo Arañuelo (CECA) entre otros. Tuvimos muy buenas y entrañables vivencias en aquellos lares. Pero debo reconocer que me sorprendió y molestó muchísimo el estado de abandono total en que se encuentra hoy día (verano de 2013) el paraje en cuestión. Por lo que pude comprobar, no es sólo una sensación particular mía o de mi mujer, sino más bien que hay descontento entre los más asiduos del lugar. Ejemplo de ello son las quejas que en su día subió a facebook Javier Paniagua a través de la página de “Jacha, Jigo, Jiguera”, por cierto a mi parecer una excelente iniciativa.

            No alcanzo a entender por qué se ha llegado a tal deterioro de este antaño bello rincón, aunque comprendo que será muy difícil que álguien, cargo o institución, tomen cartas en el asunto. Pero como ya he expuesto en diversas ocasiones en las colaboraciones en las páginas de HOY Navalmoral que tan amablemente me permite el corresponsal en Navalmoral y responsable de su edición, mi buen amigo Miguel Ángel Marcos, el de la Vega del Cincho no es el único caso que encontramos en nuestra comarca (aunque el Cincho pertenezca a Jarandilla de la Vera, lo considero en parte Arañuelo por su cercanía a nuestra comarca y porque siempre ha sido frecuentada por las gentes de Navalmoral, Talayuela y otras poblaciones arañuelas).

            No me cansaré de insistir en lo ilógico e incoherente de realizar unas inversiones –mayores o menores- económicas y humanas para después pasar de mantenerlas y dejarlas caer en el mayor de los olvidos a los pocos años de haber actuado sobre éstas, echando al traste con el esfuerzo y las ilusiones de mucha gente en pro del desarrollo de las potencialidades turísticas y medioambientes del Campo Arañuelo. Lamentables ejemplos de ello son a mi entender infraestructuras, iniciativas y parajes como el conjunto medioambiental del parque natural de Talayuela; el merendero junto al puente del Tiétar en el Pinar del Moreno, también en el término municipal talayuelano; muchos de los tramos de la Red de Senderos del Arañuelo, la Jara y Los Ibores creada por Arjabor (a excepción de algunos itinerarios que sí se han mantenido); el inicial Museo del Tabaco creado en 2000 en la propia sede de Arjabor (a ver si se cumplen las expectativas creadas recientemente con el derribo del antiguo edificio de La Gota y el flamante proyecto de nuevo edificio multiusos con la recuperación, ampliación y mejora del citado Museo del Tabaco), o el conjunto histórico-arquitectónico de Belvís de Monroy, sobre el que también me he referido detalladamente meses atrás en la edición impresa de Hoy Navalmoral.

            Afortunadamente no todo va a ser negativo y también hay ejemplos positivos como el Centro de Interpretación del Parque de Monfragüe, en Toril; el Parque Ornitológico en Saucedilla, o las recientes mejoras introducidas en el entorno de la columnata romana de Augustóbriga, entre Peraleda de la Mata y Bohonal de Ibor, conocida popularmente como “Los Mármoles”. Aunque el absurdo de la doble valla en el puente sobre el embalse de Valdecañas, empujando a peregrinos, senderistas y demás transeúntes a cruzarlo por la calzada “para mayor seguridad” según dicen las autoridades “competentes”, haya emborronado un poco la positiva actuación llevada a cabo hace tan sólo unos meses.

            Pero volvamos a la zona de baños del Cincho. Nunca tuvo una infraestructura elevada ni se han realizado grandes actuaciones y no se trata de hacerlas ahora tampoco. Sin embargo, sí sería interesante plantearse una sencilla actuación de acondicionamiento de la zona, mejorando el camino de acceso –más bien recuperarlo ya que casi se pierde- que se inicia junto al puente en ruinas, delimitando una zona de aparcamiento al inicio del mismo e impidiendo el acceso motorizado; desbrozando el entorno para que se pueda permanecer de una manera agradable, e incluso se podrían instalar cuatro mesas y bancos. Y, por supuesto, se debería estudiar el sistema de represas creado aguas arriba de la garganta que ha dejado el caudal al paso por el Cincho en los mínimos. Todo ello permitiría recuperar una zona de baños, ocio y descanso de carácter familiar, que no crearía ninguna competencia a las masificadas y turísticas gargantas veratas, y que daría una alternativa atrayente a las familias del entorno para pasar sus jornadas estivales de manera agradable y tranquila. Adicionalmente se podría recuperar el chiringuito e instalaciones adyacentes que llegó a funcionar como bar-restaurante hace unos años frente a la poza más grande, la que está más cercana al puente en ruinas y al camino rural que resigue el canal de riego, dando la opción a algunas personas a tener una posibilidad de ganarse la vida dando servicio a los usuarios y visitantes del entorno.

            Evidentemente no se trata de hacer un macro-complejo. Sino más bien de una pequeña, sencilla y modesta actuación que permita recuperar un paraje que antaño sirvió a las poblaciones del entorno como lugar de descanso y recreo por un lado, y por otro ir confeccionando una red de pequeños espacios naturales  que en su conjunto configuren una completa y variada oferta medioambiental y turística del Campo Arañuelo de manera sostenible y coherente.


                                                                      Juan Carlos Moreno, a 10-5-14

1 comentario:

  1. El Cincho era un lugar increíble, con helechos, pinos, solanáceas y los pececillos que arrancaban la piel muerta a mordiscos. Dejarlo perder de esta manera es lamentable, creo que muchos niños (y mayores) podrían disfrutar comiendo en esa zona, jugando en la zona aledaña y nadando en las aguas frescas y tranquilas del río.
    Como decía, una verdadera lástima...

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