miércoles, 18 de noviembre de 2015

LA MOVIDA MORALA

En la radio de mi tocadiscos suena Sweet Home Alabama, el tema mítico creado en 1974 por la banda rockera estadounidense Lynyrd Skynyrd... y como cada vez que la escucho, mi mente se transporta como un acto reflejo hasta un pequeño local, de paredes escarchadas de ocre, bancos de tronco de madera oscura curada y barnizada, y tocones de grueso árbol a modo de mesas, aderezado todo con detalles trivales y una diana electrónica presidiendo la pared del fondo. Al lateral, una larga barra tras la que siempre atento y displicente Juan Pedro atiende a la clientela con esmero y un buen hacer aplomado por los ya más de veinticinco años de servicio al frente del Itaka.

El Itaka, escenario y banda sonora de muchas noches de disfrute junto a mi mujer Yolanda; noches de cañas y cacharritos; campeonatos de dardos y encuentro con los amigos; lugar de reunión del grupo de alta montaña del CECA y lugar de parada obligada en carnavales, para sanmigueles, navidades y fin de año. Y también para tomar una copa de terraza en las noches de verano.

El Itaka, un viejo corral en los aledaños del peatonal de Navalmoral de la Mata, reconvertido a finales de los años ochentas por Juan Pedro Carrasco y su hermano Toñi en establecimiento de copas, es uno de los locales más emblemáticos y longevos de lo que se llegó a conocer como la Marcha Morala, crecida bajo la influencia de la Movida madrileña nacida en la capital en los años renovadores de Tierno Galván al frente de la alcaldía madrileña.

En la terraza nocturna del Itaka. Foto: Yolanda Fernández
Estábamos saliendo de los primeros pasos de la transición del franquismo a la democracia, el socialismo había alcanzado el gobierno de la nación, las autonomías se habían constituido ya y Extremadura comenzaba a avanzar al empuje del entonces presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra. En Navalmoral, el socialista Javier Corominas lideraba el proyecto transformador del municipio que vivía unos tiempos de gran vigor con una Central Nuclear de Almaraz pujante, la apertura del Hospital comarcal Campo Arañuelo como nuevo impulso de crecimiento y con la relevancia de los institutos moralos de enseñanza media Augustóbriga y Zurbarán, que acogían a los escolares de Bachillerato y Formación Profesional de la comarca. Hacia finales de la década de los 80 del pasado siglo, Navalmoral era cabecera de partido judicial de más de 40 municipios y se había convertido en la ciudad de servicios e influencia de las comarcas de su entorno: Campo Arañuelo, Los Ibores y La Vera.

Esa notoriedad que ya era muy acuciada de día, fue prolongándose también a las noches moralas, y con la expansión urbanística de Navalmoral hacia el oeste, entorno a la zona de nueva creación de la Serradilla y más concretamente aprovechando la nueva calle del Puerto Carrales, se fue generando un área de animación nocturna en la que proliferaron pubs, bares de copas y semidiscotecas, llegando a adquirir tal relevancia que obtuvo la denominación popular de "Calle de la Marcha", "Puerto de la Marcha" e incluso "La Movida Morala". Fueron establecimientos que calaron fuerte entre la población, ávida de distracciones nocturnas; locales que llegaron a ser muy queridos y populares, como el Street (posteriormente Versión Original); el Blues del Autobús (todo un símbolo de la época, que cerró ahora hace dos años); el Film Factory, o el Look, que nació como bolera en la que se servían sandwiches y con una pequeña pista de baile, para después convertirse en pizzería, y con el tiempo en restaurante de referencia, mostrando una encomiable capacidad de adaptación a diferentes estilos a lo largo de los años, siendo uno de los pocos locales que todavía se mantiene en aquella "calle de la Marcha".

Pero la movida morala no se circunscribía a la calle del Puerto Carrales, sino que se fue extendiendo a otras zonas para dar respuesta a las necesidades, usos y hábitos de la nutrida juventud y población adulta que poblaba las calles durante las noches moralas, tanto en verano como en invierno. Así, en el entorno del peatonal surgieron locales emblemáticos como el ya citado Itaka, el Abuelo (en el que echamos una buena cantidad de noches conversando con Luis Serrano, uno de sus propietarios), y algo más tardano el Canterville. Oferta que se completó durante aquella época por otros locales habituales como el karaoke del Mármara; el Templo, el Toíto, el Trazos, el Globo, Al´Yamil, Bufón, Bloc, El Hueso o la discoteca Zódiac. Mención especial merecen también el Paco Micro (en la avenida San Isidro), local de éxito de uno de los pinchadiscos-diskjockey más carismáticos de la época en Navalmoral, y el Nivel II, que albergaba a los más trasnochadores, en la zona de la variante de la Nacional V, entre otros.

Eran tiempos de pujanza, de crecimiento bastante generalizado... de jueves social. Era el día en que los estudiantes de la comarca que habían estado en los institutos moralos durante la semana preparaban las maletas para volver a casa por el fin de semana y la tradición marcaba la salida nocturna para celebrarlo. Navalmoral y sus gentes siempre han sido abiertas y acogedoras, con una relación social muy fuerte y las noches de la Marcha eran un complemento esencial, vital de la ciudad.

Los años han hecho evolucionar todo y, afortunadamente, nuestros pueblos y comarcas han ido creciendo en servicios e infraestructuras, y prácticamente cada cual tiene sus zonas de animación nocturna, por lo que la movilidad es menor y la movida morala ha quedado para uso más local.

Al relente de las noches, testigo de toda esta evolución de los años, pero impertérrito al paso del tiempo cual si fuera aquel primer día de hace ahora más de un cuarto de siglo, ahí sigue el Itaka abriendo sus puertas cada jornada, bandera de aquella movida morala, para seguir ofreciéndonos lo mejor de las noches de Navalmoral. Y mientras, yo seguiré escuchando Sweet Home Alabama y recordando con afecto aquellas noches de Marcha Morala.



Juan Carlos Moreno, 18-11-15

jueves, 15 de octubre de 2015

AL CALOR DE LA LUMBRE


No sabría decir el porqué, pero no tengo duda alguna a la hora de afirmar que para mí supone uno de los mayores placeres que ofrece a los sentidos el invierno. Pocas cosas hay tan placenteras como compartir con quien más quieres una tarde de serena lumbre, al resguardo del frío riguroso y penetrante del exterior. Como durante aquella copiosa nevada que cubrió por entero las altas cumbres de Gredos, pero también sus valles y sus pueblos.

Allí, en una pequeña sala del modesto refugio de Barajas, en Navarredonda de Gredos, junto a Yolanda, cuerpo con cuerpo y entrelazadas nuestras manos, a la vera de la leña que ardía con viveza en la chimenea, pasamos horas, la tarde y más, hipnotizados por la pureza de la lumbre y el crepitar de sus llamas... si hay nirvana, seguro que era aquello. Fue una tarde-noche en la sierra abulense realmente especial, excepcional.

Me siento afortunado de haber podido revivir con mi mujer esas sensaciones en un buen puñado de ocasiones más. En la casa rural de Campalans, en Borredà (un acogedor pueblecito del Berguedà), tras la sabrosa calçotada que quitaba el hipo con que me obsequió; o cuando compartíamos lumbre con nuestro recordado y querido Pepe Vizcaíno en su casa de Talayuela; o cuando pasábamos largas tardes de invierno al hogar de la parcela de nuestros amigos Miguel, Angelita y Silvia en Los Pinos de Belvís de Monroy, o en el corral de La Peligrosa en que la asociación de vecinos de Cinco Barrios acogía a la Comisión de Festejos para despedir el Carnaval de Navalmoral, donde sosegábamos los cuerpos tras largas horas de entierro de la sardina, melindros y chocolate incluidos.

Lo cierto es que cuando te sientas a la lumbre, es como si el tiempo no existiese. La mente más que los ojos -que se convierten en meros instrumentos- se queda clavada sin remisión en la llama que asciende viva y limpia hacia el hueco de la chimenea; en los leños chisqueantes que poco a poco, calmamente, van desvaneciendo su robustez pasada. Y cuando ya estás totalmente absorto en los rescoldos, entonces te llega ese olor a encina que penetra en tus sentidos y lo aromatiza todo, impregnándote de un sabor a nostalgia, quasi a añoranza de los ancestros; aquellos de cuando la vida se vivía en sintonía con lo natural, con lo puro... Y así, sin darte cuenta, el fuego ha vuelto a domar tu alma.

Juan Carlos Moreno, a 14-10-2015  

viernes, 25 de septiembre de 2015

EL ROBLE ORGULLOSO

Pasear por los caminos de la comarca de La Vera, al norte de la provincia de Cáceres, es un placer de privilegiados... aunque por fortuna se encuentra al alcance de todos, ya que para todas las inquietudes y niveles de dificultad abre su naturaleza esta agraciada comarca extremeña.

Durante este pasado verano y tomando como base de operaciones el apartamento rural de Conyegar, en Losar de la Vera, un acogedor enclave que combina a la perfección tradición y confort -además de un trato afable y exquisito- pudimos disfrutar de unos agradecidos días de relax y de contacto con los extraordinarios parajes, pueblos y gentes del entorno.

Fueron días de experiencias imborrables que han quedado grabadas en la memoria de los más gratos recuerdos... Como aquel ratino de cualquier paseo matinal en que, saliendo de la casa y tomando el Camino viejo a Cuartos, atrochamos por una senda que cruzaba un robledal hacia abajo, camino de unas escondidas pozas, cuando de repente, como si el tiempo se hubiese parado, mi mujer Yolanda y yo nos quedamos embelesados, imbuidos por la magnificencia del paraje y de aquel robusto roble que se alzaba con altivez hacia el cielo verato, orgulloso de presidir aquella porción de paraíso. 

Juan Carlos Moreno, a 24-9-15













lunes, 14 de septiembre de 2015

LA VERA, ESE GRAN REFUGIO NATURAL DE EXTREMADURA

La Vera es sin duda uno de los grandes parajes naturales del norte de Extremadura. A cobijo de las grandes cimas milenarias de la imponente Sierra de Gredos, esta comarca es un auténtico refugio para el cuerpo en los calurosos días del estío cacereño y albergue para el alma durante las rudas jornadas invernales.

Este verano que afronta sus postrimerías, hemos podido disfrutar una vez más del auténtico lujazo que supone vivir la comarca verata, la exuberancia de su privilegiada naturaleza; una arquitectura popular serrana exquisitamente cuidada; su relevante patrimonio histórico-cultural y, sobre todo, la amabilidad, buen trato y hospitalidad de sus gentes.

Recorrer sus pueblos, las múltiples gargantas que precipitan sus aguas por ríos y arroyos para regocijo de sus miles de visitantes, o los idílicos recovecos repletos de robustos robles, altivos y majestuosos que encierra La Vera, son algunos de los placeres que nuestras sensaciones han vuelto a experimentar un año más.

Y al caer la noche, esa noche verata serena, acogedora y misteriosa a la vez, bajo el manto estrellado insondable e infinito que lo ocupa todo, nuestros sentidos se han rendido ante la exquisitez de la buena cocina de la tierra, auténtico manjar de dioses y emperadores permitido al común de los mortales. Y gozoso, he vuelto a disfrutar de aquellos momentos mágicos, únicos y especiales, con que tan bien sabe obsequiarme mi mujer Yolanda.

Durante estos días de paz verata, Carlos y Xiomara nos abrieron las puertas de su casa en Losar de la Vera y de su amistad. Largas y entrañables fueron las charlas que mantuvimos con ellos, estirando el anochecer como si nadie quisiera que se acabara la jornada en la acogedora terraza de la casa de Conyegar. Lo hicieron con generosidad, amabilidad y un aprecio que se ganaron de nosotros por siempre.

No ha sido la primera ocasión en que hemos visitado La Vera, a la que nos unen lazos de vecindad con la comarca de Campo Arañuelo y nuestro Navalmoral de la Mata; tampoco será la última, seguro. Este verano hemos vivido grandes momentos en tierras veratas. Conyegar reza a su entrada como lema "Encuéntrate en La Vera". Sin duda, ha sido así.


Juan Carlos Moreno, a 14-9-2015




jueves, 4 de junio de 2015

LOS PINARES DE TALAYUELA, UNO DE LOS GRANDES VALORES NATURALES DEL CAMPO ARAÑUELO














Os adjunto la última colaboración realizada para la edición impresa del hiperlocal digital del diario HOY en Talayuela. Habla del Pinar del Moreno y sus valores naturales.



Gracias a tod@s por vuestro reiterado interés. Saludos.


sábado, 16 de mayo de 2015

UN LUJAZO DE RUTA: DE ALMARAZ A MIRAVETE POR LA CAÑADA

... CAMINANDO POR LA CAÑADA REAL DEL CAMPO ARAÑUELO (y 4)

El río Tajo desde el Puente de Albalat, aguas arriba hacia el salto de Valdecañas. (Foto: Juan Carlos Moreno)

Un trazado de auténtico lujo. De aquellos que te hacen disfrutar de la caminata, del paisaje y de su naturaleza. Eso es lo que me viene a la cabeza cuando pienso en los 17 kilómetros de Cañada Real que separan Almaraz del Puerto de Miravete y que corresponden al tercer y último tramo de los 54,5 km de Cañada Real Leonesa Occidental que atraviesan de noreste a suroeste la comarca de Campo Arañuelo, de los que he venido dando cuenta en mis anteriores entradas.

Si en los 37 kilómetros de los dos tramos anteriores (Provincia de Toledo-Navalmoral y Navalmoral-Almaraz) habíamos recorrido grandes extensiones adehesadas, prácticamente llanas, y con los mayores anchos de cañada -que alcanzaban hasta los 500 metros- a partir de Almaraz descubriremos un itinerario radicalmente diferente. Serpenteando a través de la calzada de la antigua Nacional V (que cruza en diversas ocasiones) y variando su amplitud ostensiblemente para adaptarse a la marcada orografía, remonta cerros, cruza dehesas y jarales y se aboca a la línea del Tajo, que salva por el puente de Carlos V. Siguiendo el curso del río nos acerca al yacimiento de Makhada-Albalat y finalmente se encarama bruscamente por las laderas de Miravete hasta alcanzar el Puerto antes de seguir su andadura hacia Jaraicejo y las tierras trujillanas.
Vista del itinerario que nos queda desde Las Mesillas (margen Sur de la Autovía A5). Llavamos 42 km desde la Casa del Venturro, en el límite con la provincia de Toledo. Al fondo, la Sierra, Puerto y Pico de Miravete. (Foto: Juan Carlos Moreno)






EL ITINERARIO:

Iniciamos el recorrido desde el campo de fútbol de Almaraz (en el enlace de nuestra ruta con el área de descanso La Laguna), tomando dirección al Sur, hacia la carretera N-V, a la que salimos a la altura de la puerta principal de las instalaciones de la Central Nuclear de Almaraz (CNA).


Croquis del GR Ruta de la Mesta, de la Red de Senderos de ARJABOR
(Autor: J.C. Moreno)
Atravesamos la calzada de acceso a CNA y continuamos a la derecha de la N-V por la Cañada Real entre pequeñas ondulaciones, ahora en dirección suroeste. Cuando llegamos al nudo de carreteras que provoca el cruce de la N-V con la Autovía de Extremadura A-5 giramos totalmente hacia el Oeste. Cruzando la carretera a Serrejón, buscamos un paso elevado de ganado por el que superamos la autovía, volviendo ahora en dirección Este al nudo de carreteras; ahora en el margen Sur.


El Tajo baja encajonado aguas arriba del Puente de Albalat. (Foto: Juan Carlos Moreno)

Cruzamos el antiguo trazado de la carretera Nacional V y al llegar a lo alto de una lometa la línea del Tajo nos ofrece una de las más bellas estampas de cuantas he podido conocer en Extremadura. Una panorámica que me ha cautivado tanto que siempre procuramos volver a disfrutar en cuanto regresamos al pueblo, aunque sea por pocos días. Bajamos por una acusada pendiente que nos conduce al Puente de Albalat (s. XVI, mandado construir por el Emperador Carlos I, auténtica joya del Renacimiento y testigo de numerosas batallas por su dominación), que sirve de paso a la N-V para salvar el Tajo, carretera a la que hemos salido de nuevo en la curva anterior.


Al llegar a la puerta sur del puente, abandonamos la calzada por la derecha, descendemos por la cañada hacia la orilla del río y seguimos su curso hasta el refugio de pescadores de la Junta de Extremadura. Un pasaje éste de auténtica belleza, que destila una calma especial y nos ofrece una espectacular perspectiva del histórico puente de Almaraz


Desde el puente de Almaraz vemos la orilla izquierda, que recorreremos aguas abajo del Tajo, hacia la afluencia del Tiétar
y el Parque Natural de Monfragüe, que se vislumbra al fondo. (Foto: Juan Carlos Moreno)

A lo largo de todo este tramo podemos observar en la orilla contraria las ruinas de Fort Ragusa, trincheras militares del s.XIX, levantadas por los franceses durante la Guerra de la Independencia, en la zona denominada El Fuerte. Frente a esta fortificación, de nuevo en la ribera izquierda pero fuera de nuestro alcance visual, se encuentran las ruinas de Fort Napoleón (s. XIX), construido en el Cerro del Tesoro igualmente por los franceses para dominar ambas orillas del puente.


El camino nos depara paisajes de gran belleza. (Foto: Juan Carlos Moreno)
Desde aquí ascendemos una vez más a la N-V para superar el arroyo Corrinches. Allí, cerca del embarcadero existente en su desembocadura al Tajo, se encuentran las ruinas de la Ermita de la Virgen de las Aguas (s. XVI, llegó a ser Rectoría del Concejo de Al-Balat). Y tras pasar el puente, volvemos a descender a la derecha para acercarnos a uno de los más importantes valores del patrimonio arqueológico del Campo Arañuelo: el yacimiento de Medina Albalat (s. X-XI, capital de la "Kora" o provincia militar musulmana de Albalat), hoy día afortunadamente en proceso de estudio y puesta en valor, cuyos detalles podemos consultar en la web oficial del Ayuntamiento de Romangordo.

Superados los restos arqueológicos de la ciudadela árabe, atravesamos el puente romano existente sobre la confluencia del arroyo del Frontal y la garganta La Canaleja y por enésima vez subimos a la N-V para cruzarla a la altura del antiguo Hotel Moya, ascendiendo por unos canchales y girando poco a poco al Sur hasta alcanzar un nuevo nudo de carreteras entre la N-V y la Autovía de Extremadura, que superamos por un paso de ganado inferior.
       
Al otro lado de la autovía, reculamos ligeramente hacia el noroeste hasta encontrar la N-V que, esta vez sin cruzarla, dejamos a la derecha para dirigirnos por la Cañada hacia la derecha durante algo más de 1.500 metros. Salvamos de nuevo la N-V y por el puente de la antigua carretera superamos el arroyo Giralda antes de volver a atravesar la N-V, de la que nos separamos definitivamente siguiendo en dirección Sur el curso de un afluente del arroyo Giralda que nace muy cerca del núcleo urbano de Casas de Miravete.

Un kilómetro más adelante, la Cañada atraviesa el citado arroyo y en una fuerte subida asciende hasta Casas de Miravete, localidad a la que se llega tras cruzar la carretera de enlace con la Autovía de Extremadura. Nada más entrar en la localidad nos encontramos con el Parque Municipal construido junto a la fuente del pueblo, que fue acondicionada como área de descanso de la Red de Senderos de ARJABOR.


Panorámica de Casas de Miravete desde las primeras rampas de la Cañada que
se encaraman a la Sierra, camino del puerto de Miravete. (Foto: Juan Carlos Moreno)
Casas de Miravete es una localidad que nos ofrece un interesante tipismo arquitectónico, que combina las edificaciones antiguas con las de nueva construcción manteniendo todo el sabor rural. Su iglesia está dedicada a Nuestra Señora de la AsunciónAtravesamos callejeando la población arañuela y retomamos la Cañada Real para afrontar el último tramo de una ruta que todavía nos ha de deparar magníficas sensaciones y emociones, inmersos ya en el área de influencia del Parque Natural de Monfragüe. Una fuerte rampa nos encarama en las laderas de la Sierra de Miravete, por la que ascendemos rápidamente en dirección S-SE hacia el Puerto de Miravete, al que llegamos tras cruzar la N-V a media subida. También nos encontramos la N-V justo en el Puerto, pero en esta ocasión la bordeamos hasta el merendero existente justo en el collado (ya en término municipal de Jaraicejo), junto a un edificio propiedad de la Junta de Extremadura y al puesto del Servicio de Ordenación Forestal.

Disfrutando de una magnífica y amplia panorámica sobre los llanos trujillanos al Sur y de las grandes extensiones arañuelas al Norte, con la Sierra de Gredos como fondo, tomamos ese aire limpio y nítido que caracteriza las tierras extremeñas y damos por finalizado el recorrido de los 54,5 kilómetros de Cañada Real Leonesa Occidental que discurren por la comarca de Campo Arañuelo.


A tener en cuenta a la hora de planificar la realización de la ruta...


Vista del Puerto desde el Pico de Miravete. Al fondo la Sierra del Frontal y a sus pis la dehesa del mismo nombre (Foto: Juan Carlos Moreno)
Esta parte de la Cañada se puede realizar sin problemas durante cualquier época del año, aunque el mayor esplendor lo encontraremos sin duda durante la primavera y el otoño. La única fuente que contempla el itinerario es la del Parque Municipal de Casas de Miravete, de buena y abundante agua, aunque el arroyo que nace en la misma puede servirnos de abastecimiento aguas abajo, antes de la dura subida a la localidad. Igualmente existe una fuente en el merendero existente en el Puerto de Miravete, aunque en su día un cartel indicaba que su agua no es potable (no he podido confirmar si continúa esta circunstancia).

Mi consejo es realizar siempre el recorrido en el mismo sentido que he descrito, empezando en Almaraz y terminando en el puerto de Miravete. Para ello, hay que tener en cuenta organizar el transporte para la vuelta. En sentido contrario, la caminata sería más cómoda, pero creo sinceramente que pierde mucho del encanto que tiene.

La vida crece en la Cañada (Foto: Juan Carlos Moreno)
A pesar de que el entorno del itinerario se encuentra bastante modificado por la acción urbanística (carreteras y sus servicios añadidos, como áreas de servicio y hostelería) y de que buena parte de la Cañada discurre muy cerca de la N-V (aunque apenas se ve y por la que circulan pocos vehículos) o de la Autovía de Extremadura, se trata de una ruta que ofrece destacados atractivos medioambientales. De especial interés paisajístico y faunístico son el tramo junto al río Tajo (extraordinaria belleza con avifauna muy variada y visible; de auténtico lujo); el valle previo a la subida a Casas de Miravete (con una importante carga bucólica, sobre todo en épocas frescas), y el recorrido por las laderas de la Sierra de Miravete (muy cerca de los límites del Parque Natural de Monfragüe, pero dentro del área calificada como Reserva de la Biosfera) con exuberantes roquedos y frondosos bosques, que en otoño ofrecen una combinación cromática de gran belleza.


Ganado vacuno con el que compartimos parte de la Cañada (Foto: J.C. Moreno)
Es frecuente contemplar el paso de diversas especies de aves sobrevolando la cañada, así como la presencia de ganado en las explotaciones colindantes a la ruta. Igualmente, mientras pasamos junto al río Tajo podemos disfrutar de numerosas especies de aves acuáticas que anidan en su entorno y, en función de la época, podríamos coincidir con el paso de ganado en trashumancia.
Un buitre luce altivo y paciente su silueta sobre nuestras cabezas (Foto: JC. Moreno)

Por último y como colofón a este cautivador recorrido por la Cañada Real en su paso por el Campo Arañuelo (en la Red de Senderos comarcal de ARJABOR es denominado como GR-2 Ruta de la Mesta, de los Campos Castellanos al Parque de Monfragüe), en nuestro caminar por la Sierra de Miravete disfrutaremos del altivo y señorial vuelo de las especies protegidas del Parque Natural de Monfragüe




Juan Carlos Moreno, a 15 de mayo de 2015.













miércoles, 6 de mayo de 2015

LA CUEVA DE CASTAÑAR, JOYA NATURAL DE LOS IBORES (artículo HOY.Navalmoral)

En 2014 las Cuevas de Castañar se reabrieron al público bajo un régimen de acceso muy controlado, que garantiza su buen estado de preservación.

Con motivo de esa reapertura, en junio de 2014 escribí un artículo en la edición impresa de HOY Navalmoral bajo el título "LA CUEVA DE CASTAÑAR, JOYA NATURAL DE LOS IBORES" .

viernes, 27 de marzo de 2015

DE NAVALMORAL DE LA MATA A ALMARAZ, BAJO LA MIRADA DE GREDOS Y EL CASTILLO DE BELVÍS

... CAMINANDO POR LA CAÑADA REAL DEL CAMPO ARAÑUELO (3) ...



En anteriores entregas dejé el recorrido de la Cañada Real a la altura de la Charca del Tejar o Charca Mayen para adentrarme en Navalmoral de la Mata, tras diecinueve kilómetros llaneros desde la Casa del Venturro, en el límite territorial con la provincia de Toledo.
Un rebaño de merinas a su paso por Navalmoral en 2001. Al fondo se descubren las nieves sobre Gredos. En primer plano Jesús Garzón, uno de los más destacados defensores y divulgador de la trashumancia y la Mesta. (Foto: Juan Carlos Moreno)
La capital Arañuela es un buen lugar para reponer fuerzas y hacer noche. Allí encontramos una variada oferta de alojamientos y restauración, para todos los bolsillos y gustos. Ahora no me voy a extender en el detalle, aunque quizás algún otro día le dedique un post al tema.
En 2000-2001 ARJABOR creó la Red de Senderos del Campo Arañuelo
               y señalizó la Cañada Real como Ruta de la Mesta. (Foto: Juan Carlos Moreno)


  Descansados y alimentados, vamos a emprender la segunda de las tres etapas en que he dividido el trazado de la Cañada Real Leonesa Occidental a su paso por la comarca del Campo Arañuelo. Los 18,5 km que nos acercarán a Almaraz debemos tomarlos como una transición entre las grandes dehesas arañuelas y el posterior y vertiginoso ascenso al puerto de Miravete, que os contaré con detalle en una siguiente entrega. 

Iniciamos el recorrido a la altura del cementerio de Navalmoral, en el enlace de la Cañada Real con la Colada del Camino de Las Lomas o camino de los Palos, tomando la Cañada en dirección oeste-suroeste. Tras cruzar la carretera a Jarandilla de la Vera (EX 119), hacia el norte parte la Colada del Camino de Carrasco, por el que discurre en dirección a Talayuela la denominada Ruta Norte de Guadalupe de la Red de Senderos de ARJABOR (del puente del Tiétar en el Pinar del Moreno hasta el Collado Llano, en Navalvillar de Ibor). Continuamos por la Cañada, atravesamos la vía del ferrocarril por paso a nivel sin barreras con buena visibilidad y salimos a la carretera N-V a la altura del Hospital comarcal "Campo Arañuelo", cruzando a su margen contraria.

La Cañada se aleja de Navalmoral por las ruinas del antiguo abastecimiento de aguas
            de la ciudad. A la derecha, el pozo de la Retuerta. (Foto: Juan Carlos Moreno)
Ahora el itinerario discurre paralelo a la citada N-V durante 3 kilómetros, primero a su izquierda (al Sur) y, una vez superadas las ruinas del antiguo abastecimiento de agua de Navalmoral (pozos de la Retuerta), por la margen contraria junto a la Dehesa del Espadañal.

Llegados al nudo de carreteras que forman la intersección de la N-V con la Autovía de Extremadura (A-5), la Autovía EX-A1 (Navalmoral-Plasencia-Moraleja-Monfortiño) y la carretera EX-108 a Plasencia (Km 24,8 de la ruta), la Cañada cruza esta última para abandonar el trazado de la N-V y continuar por el margen Norte de la Autovía de Extremadura durante otros 4 kilómetros, por una pista de rodadura, que después se convierte en camino asfaltado, al que tendremos que salir de manera esporádica en diversas ocasiones para superar arroyos, el canal de Valdecañas, o la propia maleza del cordel, aunque en líneas generales podemos aprovechar las sendas que por la Cañada permanecen abiertas. En este tramo pasamos junto a la Casa de los Frailes, la Casa del Cotillo, desde donde parte hacia la derecha la Vereda de Plasencia, y la Casa de Doroteo, llegando poco después a unas naves industriales y a la Estación Potabilizadora de Aguas de Saucedilla, frente al cambio de sentido del P.K. 189,5 de la Autovía de Extremadura, cuyo sentido abandonamos atravesándolo por un paso de ganado que existe a la altura del hotel Alonso de Monroy.

Camino de Almaraz. Al fondo las estribaciones del Parque Natural de Monfragüe.
                 A la derecha del cartel de la autovía se descubren los dos reactores de la Central Nuclear.
                (Foto: Juan Carlos Moreno)
A partir de aquí la Cañada se va separando progresivamente de la autovía en un trazado totalmente rectilíneo, junto al camino vecinal asfaltado que conduce en 4 kilómetros a Saucedilla, caminando entre campos de maíz y prados. A la altura de su cementerio, junto al Descansadero de Ganado, la Cañada gira hacia la izquierda, separándose de la carretera para ir a buscar rápidamente la carretera vecinal (CC-910) que une Almaraz con Saucedilla y Casatejada, cuyo trazado coincide con la Colada de SaucedillaAlcanzado este punto, nos encontramos de lleno en el Parque Ornitológico de Arrocampo-Saucedilla. Desde aquí podremos tomar dirección Norte para acercarnos a Saucedilla y a su área de descanso ubicada en el parque municipal (1.500 metros), o bien seguir hacia el Sur, tratando de utilizar los márgenes de la carretera, para alcanzar Almaraz en 2,5 km , previo paso por el embalse de Arrocampo, donde podemos aprovechar un tramo de camino a la derecha de la carretera. A mitad de camino, antes de salvar el embalse por el puente, tenemos uno de los cinco observatorios del Parque Ornitológico.

Al entrar a Almaraz, superado el cementerio, tomamos el primer desvío a la derecha y después un camino carretero también a la derecha y llegamos al campo de fútbol de esta localidad, punto final de la segunda etapa. Desde ahí, siguiendo la fachada de su Gol Sur, podemos acercarnos en 300 metros al área de descanso almaraceña (A.D. La Laguna).

A medio camino me cobijo del sol canicular bajo una oportuna higuera (Foto: J.C.Moreno) 
El tramo de la denominada Ruta de la Mesta (eje este-oeste de la Red de Senderos del Campo Arañuelo creada por ARJABOR a principios de nuevo siglo) que acabamos de recorrer, como ya anticipaba, nos ofrece atractivos limitados, aunque no se hace aburrido. Y el paso por el Parque Ornitológico hacia el final del itinerario es un aliciente muy recomendable.

El principal inconveniente de la etapa Navalmoral-Almaraz es que discurre durante gran parte del itinerario por o junto a vías de tráfico rodado, por lo que en diversas ocasiones y por diversas razones, se debe entrar brevemente en las vías asfaltadas. También resulta obligado indicar que el entorno en diversos puntos del itinerario se encuentra bastante deteriorado debido a la fuerte y agresiva acción urbanística; situación que podría paliarse mediante acciones de acondicionamiento y redireccionadoras.

Por otra parte, la falta de respeto al medio ambiente por parte de algunos simpáticos usuarios de la Cañada provoca que se generen focos de suciedad y vertidos incontrolados a lo largo de la vía, cuestión en la que las autoridades deberían ser vigilantes y exigentes, pero sobre todo los mismos individuos, que deberíamos ser mayorcitos y respetuosos por nosotros solos, sin necesidad de que nos tengan que controlar.

El buen cuidado del hortelano se ve recompensado con estas calabazas.
         (Foto: J.C.Moreno)
A pesar de los inconvenientes llegados con la modernidad, siempre es interesante recorrer esta importante vía pecuaria. Y resulta un placer poder hacerlo en su totalidad, disfrutando del calmo paisaje al norte de la cañada, especialmente al paso por la Dehesa del Espadañal, los regadíos de Saucedilla o el entorno del embalse de Arrocampo, con las imponentes cumbres de Gredos como telón de fondo. Y al Sur, presidiendo la llanura arañuela, con altiva vigía, el Castillo-Palacio de Belvís de Monroy recortando su señorial silueta en el cielo limpio y puro de estos lares.

A tener en cuenta a la hora de planificar la realización de la ruta...

Como cualquiera de los tres tramos de la Ruta de la Mesta, se puede realizar en cualquiera de los dos sentidos. Mi consejo es arrancar desde Navalmoral, para así poder entretenernos sin prisas en la contemplación y avistamiento de aves todo el tiempo que nos quede cuando lleguemos a las inmediaciones de Saucedilla y Arrocampo, ya muy cerca de nuestro final de etapa en Almaraz.

Ya expuse en mi anterior post que podemos realizar la ruta en cualquier época del año, aunque en verano resulta poco aconsejable, dada la fuerte insolación que se produce en el tránsito por la Cañada Real y la sequedad del terreno. En tal caso habría que aprovechar las primeras horas del día, cuando todavía se mantiene el ligero frescor que haya dejado la noche. No obstante, si se puede escoger es preferible programar la ruta sobre todo durante la primavera o el invierno, incluso en otoño, según la abundancia de lluvias.

Los cardos proliferan entre el pasto agostado de la cañada
               (Foto: Juan Carlos Moreno)
El itinerario no contempla fuentes en su recorrido (que yo conozca), aunque atraviesa varios arroyos que refrescan y amenizan el camino. Sí se contempla en los mapas la denominada Fuente del Caminero, frente al pozo de la Retuerta, pero al otro lado de la N-V y posiblemente en finca vallada. El pozo de la Retuerta, por su parte, no se halla en disposición de utilización, al menos según la observación visual.

Son frecuentes diversas especies de aves sobrevolando la Cañada, así como el ganado en las explotaciones en torno a su itinerario. Durante el paso del embalse de Arrocampo podemos disfrutar de numerosas especies de aves acuáticas que anidan en su entorno desde los diversos observatorios creados por el Parque Ornitológico de Arrocampo-Saucedilla. Igualmente y en función de la época, nuestro caminar puede coincidir con el paso de ganado en trashumancia.

A lo largo del recorrido se nos presentarán a la vista algunos elementos histórico-arquitectónicos de interés. El principal es el Castillo-Palacio de Belvís de Monroy (s. XIII al XVII), que desde su atalaya berroqueña preside los llanos del Arañuelo.

Al llegar a Saucedilla encontramos una coqueta fuente y la visión monumental de su Iglesia Parroquial de San Juan Bautista. (Foto: J.C.Moreno)
Llegando a Saucedilla destaca la Iglesia parroquial de San Juan Baustista (s. XVI, barroco-renacentista), así como el Rollo Jurisdiccional. En las primeras visiones de Almaraz, a la izquierda podemos contemplar el Torreón, enseña del señorío de la localidad de finales del s. XIV o principios del XV. En esta localidad, es también destacable la Iglesia de San Andrés (s. XVI) y su retablo barroco (s. XVIII).

Por último, indicar que desde este tramo de la Cañada y dentro de la Red de Senderos del Campo Arañuelo, parten tres subtramos que enlazan con las localidades de Saucedilla (1,5 km), Casatejada (5,5 km) y Millanes de la Mata (3,2 km). 


Juan Carlos Moreno, a 27-3-15

jueves, 5 de marzo de 2015

LA FUENTE DEL ALCORNOCAL O DE SANTA MARÍA

Mi buen amigo Domingo Quijada me ha hecho llegar una apreciación y valiosa información acerca de mi anterior entrada en la que describía el itinerario de la Cañada Real de las Merinas, entre el límite con la provincia de Toledo y Navalmoral de la Mata, y en la que hacía referencia a la falta de fuentes a lo largo del recorrido.

Arroyo Santa María en el Cordel. Al fondo El Alcornocal y la desaparecida Aguada. (Foto: Domingo Quijada)
Pues bien, Domingo Quijada, profesor, geógrafo, historiador y Cronista Oficial de Navalmoral de la Mata entre otras muchas cosas, que de ésto sabe un montón, me ha hecho llegar unas interesantes aportaciones al respecto, que os quiero hacer extensivas para una mejor documentación sobre el asunto y conocimiento de todos. 

Según indica Quijada "junto al arroyo Santa María (muy cerca del citado puente de cemento y en la margen izquierda del mismo) hay una fuente que no se seca nunca, semioculta entre la maleza y tal vez de origen romano (hay restos de una construcción en la misma cañada, junto al citado arroyo y fuente, tal vez mesón o similar)" y añade las dos fotos que nos ilustran el escrito "que saqué hace varios años -dice- cuando la fuente estaba visible (el dueño de la finca lindera limpió la maleza)".

Fuente del Alcornocal o Santa María. (Foto: Domingo Quijada)
El historiador moralo nos explica que la fuente "ahora está cubierta de zarzas y matorrales. Este año he llevado al concejal de deportes para que la viera, a la vez que le solicité que la limpiaran. Pero hay un problema, ya que es competencia de la Junta".

En cuanto al nombre de la fuente, señala que "la gente mayor la denomina Fuente del Alcornocal (por el bosquecillo que hay junto a ella), Fuente Santa María (por el arroyo y casa cercana) e, incluso, hay quien me dice que también se llama Fuente de la Rosa. Aunque otros me aseveran que este nombre corresponde a otra fuente próxima. Yo me inclino por los dos primeros".

Croquis de la confluencia de la Cañada Real y el Arroyo de Santa María.
La flecha roja indica donde se ubica aproximadamente la fuente y
la flecha azul marca la Colada del Arroyo de Santa María y Camino de la Fuente
de la Rosa (J.C.Moreno)
Personalmente, y tras la información recibida por Domingo, yo me inclinaría también por los dos primeros nombres, ya que muy cerca y al Este, por la finca del Cerrillo, pasa la denominada Colada del Arroyo de Santa María y Camino de la Fuente de la Rosa. En la descripción que se hace de la misma en el Catálogo de Vías Pecuarias de Extremadura, elaborado por la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía del Gobierno de Extremadura, se describe la Fuente de la Rosa como "un abrevadero de ganados sin extensión superficial determinada, situada en el lateral izquierdo de la Colada".

Así mismo, en su generosidad Domingo nos apunta otra fuente cercana a Navalmoral, de la que os haré referencia cuando aborde en próximos post la continuación de la descripción de la Cañada Real a su paso por el Campo Arañuelo, tras llegar a la capital morala en su discurrir hacia el Puerto de Miravete.

Mil gracias a Domingo Quijada por su valiosa aportación.


Juan Carlos Moreno, a 5-3-2015

viernes, 27 de febrero de 2015

DE LA PROVINCIA DE TOLEDO A NAVALMORAL DE LA MATA

... CAMINANDO POR LA CAÑADA REAL DEL CAMPO ARAÑUELO (2) ...

Desde la Cañada, veo amanecer por Cerrocincho. (Foto J.C.Moreno)

Tal y como os anuncié en mi anterior entrada, con este nueva entrega inicio la descripción detallada del tramo de la Cañada Real Leonesa Occidental (también denominada en la zona como Cañada Real de Merinas, del Puerto de Miravete o de Portugal) que atraviesa el Campo Arañuelo de Este a Oeste.

Límite provincial. Vista de la Cañada en su lado toledano. (Foto: J.C. Moreno)
Dividiré los 54,5 km del trazado en tres partes, que responden a las tres etapas o tramos bien diferenciados que nos encontramos. El primero, al que dedicaré este post, discurre desde la entrada de la Cañada a la comarca por el Este y hasta Navalmoral de la Mata, con una distancia total de 19 km. El segundo tramo, de 18,5 km, une la capital arañuela con Almaraz, pasando por Saucedilla, mientras que la tercera etapa enlaza la localidad almaraceña con el Puerto de Miravete, a través de un espectacular itinerario de 17 km.
Arroyo de Landrinos. Al fondo, la Casa del Venturro, nuestro punto de partida. (Foto: J.C. Moreno)

Pero empecemos por el principio. Como ya he comentado en mis anteriores escritos, la Cañada Real proviene de las tierras abulenses tras un acusado descenso desde el puerto del Pico (1352 m de altitud) y, avanzando por el valle del Tiétar, se adentra en el Campo Arañuelo por la denominada Casa del Venturro, en el límite entre las provincias de Toledo y Cáceres.

Nada más entrar en nuestra comarca hay que bordear esta antigua Venta, parada y fonda de viajeros y trashumantes, que dejamos en todo momento a nuestra izquierda, desechando dos cordeles que parten hacia el norte (derecha de la marcha). Al sobrepasar la casa, vadeamos el arroyo de Landrinos, profundamente excavado en la planicie, y desechamos otro cordel que parte a nuestra izquierda, desde la orilla sur del arroyo.

Vado del arroyo de Santa María y su Caserío, en ruinas. Km 5 de ruta. (Fotyo: J.C. Moreno)
Tomando nuestro caminar orientación hacia el suroeste, vamos atravesando sin ninguna pérdida la Cañada Real Leonesa Occidental, que durante los próximos nueve kilómetros presenta su máxima amplitud, en ocasiones cercana a los 500 metros. Flanqueados a ambos lados por la magnífica dehesa arañuela que luce en todo su esplendor, nuestro camino avanza amenizado periódicamente por los distintos arroyos que atraviesan la vía pecuaria, marcando vadenes de profundidad diversa. 

Entre los km 9 y 10 de la ruta, en las inmediaciones de la Casa de la Pasada, que a nuestra izquierda preside este tramo desde un pequeño cerro, la cañada sufre un considerable estrechamiento y endereza su orientación totalmente hacia el oeste; dirección que mantendremos hasta llegar a Navalmoral de la Mata.

En el tramo medio la cañada alcanza hasta 500 metros de anchura. (Foto: J.C. Moreno)

Un par de kilómetros más adelante llegamos al cordel que une Peraleda de la Mata con el caserío del Torviscoso, camino que atraviesa visiblemente la cañada en toda su amplitud. En este punto y durante varios kilómetros compartimos itinerario con la denominada Ruta Norte de Guadalupe (eje norte-sur de la Red de Senderos creada por ARJABOR). Vadeamos el arroyo del Zanjón y poco antes de llegar al Km 15 alcanzamos el arroyo de Santa María, cuyo cauce se ha encajonado profundamente. Superamos éste por un puente de cemento de considerable anchura y ascendemos la vertiente contraria para retomar el camino llano de la cañada dejando a la derecha la casa del Guarda de Buenavista antes de cruzar la carretera de Navalmoral a Rosalejo, punto que coincide con el Km 18 del itinerario. Más adelante, nos cruzamos con la Colada del Camino de los Conejos, y más tarde llegamos a la altura del Cementerio de Navalmoral y a la intersección con la Colada del Camino de Las Lomas (también conocido por Camino de los Palos), final de este primer tramo de Cañada Real.


Llegando a Navalmoral comparto camino con un rebaño trashumante. (Foto: J.C. Moreno)
  Llegados aquí, podemos completar la etapa girando hacia la izquierda para tomar el camino del cementerio de Navalmoral hasta la Charca del Tejar (popularmente conocida como Charca Mayen, de uso habitual por los pescadores moralos y de otras localidades del entorno) ubicada a unos 500 metros, o bien continuar por ese camino hasta alcanzar el casco urbano de Navalmoral, varios cientos de metros más al sur, donde existe una amplia y variada oferta de alojamiento, restauración y servicios diversos.

La etapa de la Cañada descrita nos permite descubrir todo el esplendor y la rudeza de una de las vías pecuarias más importantes de la trashumancia. Un itinerario que nos ofrece unos contrastes radicales en función de la época del año en que lo realicemos. Mientras durante el estío resulta una excursión desangelada paisajisticamente por el intenso ocre de los pastos agostados y poco recomendable por la fuerte insolación a la que se expone el caminante, cuando las lluvias ya han regado los campos y el frío desciende desde las altas cumbres de Gredos, la cañada se torna un agradable, apetecible y reconfortante paseo a través de un manto verde remanso de paz y sosiego.

A tener en cuenta a la hora de planificar la realización de la ruta...



El rebaño continua paciente su trasiego hacia los pastos frescos (J.C.Moreno).
 Se puede hacer en cualquiera de los dos sentidos, pero el acceso a la Casa del Venturro debe organizarse previamente, al no tratarse de una zona poblada. El mejor acceso es por la pista que parte desde Ventas de San Julián hacia el oeste, por la calle de Toledo. Otra alternativa es tomando el camino del Verdugal a San Julián desde el lateral de la Autovía A-5, al que podemos acceder por el acceso de la misma a El Gordo (CCV-33). 

        Se trata de un itinerario de escasa dificultad y podría realizarse en cualquier época del año, aunque el verano resulta poco aconsejable, dada la fuerte insolación que se produce en el tránsito por la Cañada Real y la sequedad del terreno.


No hay fuentes durante el recorrido, aunque atraviesa varios arroyos de los más importantes de la zona, como el Landrinos, el Carcavoso, el de la Corcha del Pedraza y sobre todo el Santa María –al que nutren todos los anteriores aguas abajo- que ha provocado un profundo encajonamiento a su paso por la Cañada Real. Es de destacar el poso musgoso que presenta aguas abajo del puente existente en ese punto. Cabe la posibilidad de que exista alguna dificultad a la hora de vadear algunos de estos arroyos que atraviesan la Cañada en las épocas en que puedan llevar más caudal, a excepción del arroyo de Santa María, que al tratarse del de mayor cuenca dispone de un puente de cemento para el paso de ganado y vehículos.

El ganado vacuno y de lidia es frecuente a ambos lados de la cañada. (Foto: J.C. Moreno)
En varios tramos de la Cañada se pueden contemplar a ambos lados ejemplares de ganado bravo y, si tenemos un poco de suerte, disfrutaremos con los largos pasos de las distintas aves migratorias que habitan la comarca (cigüeñas, garzas o grullas). En función de la época nuestro caminar puede coincidir con el paso de ganado en trashumancia.

En cuanto al patrimonio histórico y arquitectónico, el principal que encontramos es propiamente la Cañada Real, así como los caseríos de Torviscoso y San Marcos, a los que se puede acceder caminos y cordeles que parten de la misma. No obstante, no se hallan en el recorrido edificios o ruinas significativas.

Juan Carlos Moreno, a 27-2-15