viernes, 27 de febrero de 2015

DE LA PROVINCIA DE TOLEDO A NAVALMORAL DE LA MATA

... CAMINANDO POR LA CAÑADA REAL DEL CAMPO ARAÑUELO (2) ...

Desde la Cañada, veo amanecer por Cerrocincho. (Foto J.C.Moreno)

Tal y como os anuncié en mi anterior entrada, con este nueva entrega inicio la descripción detallada del tramo de la Cañada Real Leonesa Occidental (también denominada en la zona como Cañada Real de Merinas, del Puerto de Miravete o de Portugal) que atraviesa el Campo Arañuelo de Este a Oeste.

Límite provincial. Vista de la Cañada en su lado toledano. (Foto: J.C. Moreno)
Dividiré los 54,5 km del trazado en tres partes, que responden a las tres etapas o tramos bien diferenciados que nos encontramos. El primero, al que dedicaré este post, discurre desde la entrada de la Cañada a la comarca por el Este y hasta Navalmoral de la Mata, con una distancia total de 19 km. El segundo tramo, de 18,5 km, une la capital arañuela con Almaraz, pasando por Saucedilla, mientras que la tercera etapa enlaza la localidad almaraceña con el Puerto de Miravete, a través de un espectacular itinerario de 17 km.
Arroyo de Landrinos. Al fondo, la Casa del Venturro, nuestro punto de partida. (Foto: J.C. Moreno)

Pero empecemos por el principio. Como ya he comentado en mis anteriores escritos, la Cañada Real proviene de las tierras abulenses tras un acusado descenso desde el puerto del Pico (1352 m de altitud) y, avanzando por el valle del Tiétar, se adentra en el Campo Arañuelo por la denominada Casa del Venturro, en el límite entre las provincias de Toledo y Cáceres.

Nada más entrar en nuestra comarca hay que bordear esta antigua Venta, parada y fonda de viajeros y trashumantes, que dejamos en todo momento a nuestra izquierda, desechando dos cordeles que parten hacia el norte (derecha de la marcha). Al sobrepasar la casa, vadeamos el arroyo de Landrinos, profundamente excavado en la planicie, y desechamos otro cordel que parte a nuestra izquierda, desde la orilla sur del arroyo.

Vado del arroyo de Santa María y su Caserío, en ruinas. Km 5 de ruta. (Fotyo: J.C. Moreno)
Tomando nuestro caminar orientación hacia el suroeste, vamos atravesando sin ninguna pérdida la Cañada Real Leonesa Occidental, que durante los próximos nueve kilómetros presenta su máxima amplitud, en ocasiones cercana a los 500 metros. Flanqueados a ambos lados por la magnífica dehesa arañuela que luce en todo su esplendor, nuestro camino avanza amenizado periódicamente por los distintos arroyos que atraviesan la vía pecuaria, marcando vadenes de profundidad diversa. 

Entre los km 9 y 10 de la ruta, en las inmediaciones de la Casa de la Pasada, que a nuestra izquierda preside este tramo desde un pequeño cerro, la cañada sufre un considerable estrechamiento y endereza su orientación totalmente hacia el oeste; dirección que mantendremos hasta llegar a Navalmoral de la Mata.

En el tramo medio la cañada alcanza hasta 500 metros de anchura. (Foto: J.C. Moreno)

Un par de kilómetros más adelante llegamos al cordel que une Peraleda de la Mata con el caserío del Torviscoso, camino que atraviesa visiblemente la cañada en toda su amplitud. En este punto y durante varios kilómetros compartimos itinerario con la denominada Ruta Norte de Guadalupe (eje norte-sur de la Red de Senderos creada por ARJABOR). Vadeamos el arroyo del Zanjón y poco antes de llegar al Km 15 alcanzamos el arroyo de Santa María, cuyo cauce se ha encajonado profundamente. Superamos éste por un puente de cemento de considerable anchura y ascendemos la vertiente contraria para retomar el camino llano de la cañada dejando a la derecha la casa del Guarda de Buenavista antes de cruzar la carretera de Navalmoral a Rosalejo, punto que coincide con el Km 18 del itinerario. Más adelante, nos cruzamos con la Colada del Camino de los Conejos, y más tarde llegamos a la altura del Cementerio de Navalmoral y a la intersección con la Colada del Camino de Las Lomas (también conocido por Camino de los Palos), final de este primer tramo de Cañada Real.


Llegando a Navalmoral comparto camino con un rebaño trashumante. (Foto: J.C. Moreno)
  Llegados aquí, podemos completar la etapa girando hacia la izquierda para tomar el camino del cementerio de Navalmoral hasta la Charca del Tejar (popularmente conocida como Charca Mayen, de uso habitual por los pescadores moralos y de otras localidades del entorno) ubicada a unos 500 metros, o bien continuar por ese camino hasta alcanzar el casco urbano de Navalmoral, varios cientos de metros más al sur, donde existe una amplia y variada oferta de alojamiento, restauración y servicios diversos.

La etapa de la Cañada descrita nos permite descubrir todo el esplendor y la rudeza de una de las vías pecuarias más importantes de la trashumancia. Un itinerario que nos ofrece unos contrastes radicales en función de la época del año en que lo realicemos. Mientras durante el estío resulta una excursión desangelada paisajisticamente por el intenso ocre de los pastos agostados y poco recomendable por la fuerte insolación a la que se expone el caminante, cuando las lluvias ya han regado los campos y el frío desciende desde las altas cumbres de Gredos, la cañada se torna un agradable, apetecible y reconfortante paseo a través de un manto verde remanso de paz y sosiego.

A tener en cuenta a la hora de planificar la realización de la ruta...



El rebaño continua paciente su trasiego hacia los pastos frescos (J.C.Moreno).
 Se puede hacer en cualquiera de los dos sentidos, pero el acceso a la Casa del Venturro debe organizarse previamente, al no tratarse de una zona poblada. El mejor acceso es por la pista que parte desde Ventas de San Julián hacia el oeste, por la calle de Toledo. Otra alternativa es tomando el camino del Verdugal a San Julián desde el lateral de la Autovía A-5, al que podemos acceder por el acceso de la misma a El Gordo (CCV-33). 

        Se trata de un itinerario de escasa dificultad y podría realizarse en cualquier época del año, aunque el verano resulta poco aconsejable, dada la fuerte insolación que se produce en el tránsito por la Cañada Real y la sequedad del terreno.


No hay fuentes durante el recorrido, aunque atraviesa varios arroyos de los más importantes de la zona, como el Landrinos, el Carcavoso, el de la Corcha del Pedraza y sobre todo el Santa María –al que nutren todos los anteriores aguas abajo- que ha provocado un profundo encajonamiento a su paso por la Cañada Real. Es de destacar el poso musgoso que presenta aguas abajo del puente existente en ese punto. Cabe la posibilidad de que exista alguna dificultad a la hora de vadear algunos de estos arroyos que atraviesan la Cañada en las épocas en que puedan llevar más caudal, a excepción del arroyo de Santa María, que al tratarse del de mayor cuenca dispone de un puente de cemento para el paso de ganado y vehículos.

El ganado vacuno y de lidia es frecuente a ambos lados de la cañada. (Foto: J.C. Moreno)
En varios tramos de la Cañada se pueden contemplar a ambos lados ejemplares de ganado bravo y, si tenemos un poco de suerte, disfrutaremos con los largos pasos de las distintas aves migratorias que habitan la comarca (cigüeñas, garzas o grullas). En función de la época nuestro caminar puede coincidir con el paso de ganado en trashumancia.

En cuanto al patrimonio histórico y arquitectónico, el principal que encontramos es propiamente la Cañada Real, así como los caseríos de Torviscoso y San Marcos, a los que se puede acceder caminos y cordeles que parten de la misma. No obstante, no se hallan en el recorrido edificios o ruinas significativas.

Juan Carlos Moreno, a 27-2-15

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